Püha Tõnu kiusamine - Veiko Õunpuu - 2009
- Alexa Angeles
- 7 may 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 20 jun 2020
Título en español: La tentación de San Tony
Logline: El descenso de un hombre al infierno.

Esta película pone inmediatamente al espectador en un universo paralelo, vemos una cita de Dante Alighierial al inicio y no fue hasta el final de la película que pensé que realmente habíamos descendido por el infierno del poeta con las modificaciones de Veiko Õunpuu, lo cual me ha parecido muy lógico. Si Dante descendió y escribió la Divina Comedia, Õunpuu escribe y dirige su propio viaje. Pero la cinta hace más bien referencia al mito de Antonio el grande, un santo Egipcio que en su travesía por el desierto es tentado por demonios y sus ofertas impías. En esta adaptación, nos presenta a Tonū, un hombre que intenta con todas sus fuerzas ser "bueno" o moralmente correcto, que tiene una vida llena de privilegios pero es desgraciado.
Se presentan varias constantes, como el perro o la mujer asiática que se convierten en escenas bellísimas y complejas, pero necesarias en la historia, estas le dan una narrativa cíclica y la gran mayoría del tiempo se remitía al simbolismo de las imágenes. Divide la película en varios actos y aunque por momentos nos perdemos del hilo original con los disparates que se presentan poco a poco, manos en un lago, hombres que ponen cercas pero provocan un vacío existencial en el espectador o una cena antropofágica en una pista de hielo.
Los temas que expone en la historia van desde la idealización de una familia hasta la trata de mujeres. Este filme estoniano no teme hablar de las carencias de una sociedad que se jacta de su bondad pero en realidad incita al odio y la hipocresía con sus acciones, sus excesos y sus valores. Hay varios momentos perturbadores y no solo a nivel visual, su trasfondo ideológico es lo que logra sacudir mi estado de ánimo. Pero es una experiencia que se contradice constantemente porque entiendo el horror que veo pero mis ojos lo reciben a través de la óptica de Mart Taniel con un diseño sonoro de Janne Laine y su equipo de sonidistas. Toda parece estar fuera de contexto y unificado, es bastante obvio que Tonū se enfrenta a los pecados más populares, y la exploración de cómo quiere solucionarlo es lo que nos deja perplejos.
La escena del templo en el desierto con el cristo derrumbado, me recuerda a la propia tentación de Jesús. El protagonista busca ayuda en un sacerdote porque se siente perdido y quiere saber si vale la pena ser buen. La figura de bondad se transforma en una criatura de ojos vacíos, y sin dejar de parecer un humano se vuelve amorfo, pero dice la verdad.
Podemos ver lo más vulgar, voraz y oscuro del humano, y con todo el terror que Tonū vivió se cubre con una bandera mientras camina perdido, ya no sabemos si es un espacio onírico, si es su realidad o si son ambos, pero creo que al final, él perdió la batalla.
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